La mejor forma de vender un producto es mostrarlo y dónde se haga influye de una forma muy significativa.
Los expositores para tiendas están previamente elegidos y diseñados para cada espacio y tipo de producto, de forma que atraiga la atención del cliente.
Su función no es solo contener una cantidad de productos a la vista, sino que debe también contribuir a realzarlos, a llamar la atención, a hacerlos atractivos, que ofrezca una buena vista de cara al consumidor que pase por delante. Que haga a los clientes pararse.
Por eso, los expositores para tiendas tienen tanta importancia y es vital para una tienda y una marca elegirlos bien. Tanto su forma como el producto que se va a mostrar en él incluso la localización dentro del propio espacio comercial.
Los diversos estudios en marketing y publicidad en los puntos de venta avalan el hecho de que la inversión en el expositor adecuado es perfectamente retornable, y que afecta a la ventas de una forma más directa de lo que se piensa.
Tipos de expositores para tiendas
Dependiendo de su montaje o emplazamiento, existen diferentes tipos de expositores para tiendas:
– Góndolas: son los estantes que se colocan a lo largo de una tienda. Tienen hueco por ambos lados y pueden tener baldas para apilar diferentes productos o ganchos para colgarlos, en caso de ser necesario.
– Expositores de pared: al igual que las góndolas, pueden ser estanterías o con ganchos. Van anclados a la pared de forma que no interfieran en el espacio abierto del comercio. Dependiendo de su emplazamiento dentro del local, pueden dedicarse a productos de primer impulso, es decir, cerca de la caja.
– Expositores de mesa: su tamaño es más reducido, por lo que se dedica a productos pequeños o accesorios. Se suelen colocar encima de un mostrador para tenerlo a la vista y asegurar el impacto en el cliente. Si son además ofertas o algún tipo de promoción, es más frecuente que el consumidor se lleve uno de los productos destacados en este tipo de expositor.
– Expositores de pie: este tipo suele asemejarse a una columna, ya sea con la visibilidad en una sola cara o en 360 grados. Pueden ser además giratorios para facilitar a los usuarios el acceso a todos los productos del stand. Son altos e intentan tener lo más destacable o llamativo de su catálogo a la altura de los ojos.
– Box Palet: este tipo de stand es similar al modelo de columna del expositor de pie, pero dedicado a productos más voluminosos. Llaman la atención sobre una selección pequeña de productos pero de grandes dimensiones. Es ideal para destacar promociones en determinados artículos que de otra forma, quedarían relegados a estanterías comunes.
– Tótem: aunque se asemeja al box palet, este expositor se diferencia por tener una llamada mucho más visual. Una parte del stand está dedicado a mostrar un mensaje o imagen publicitarios, llamando más la atención sobre los productos que se encuentren en él. Los artículos quedan relegados a una zona más baja de visión pero de forma totalmente intencionada, ya que lo importante aquí es ese mensaje o primer contacto visual. Siempre que se quiera dejar claro a los clientes algún elementos o información de un producto, este tipo de expositor será muy útil.