¿Quién no ha pensado alguna vez que tras la carrera se deja de estudiar? Es una afirmación que ha acompañado el sentir estudiantil los cinco años pero que, una vez entrado en el mundo de la empresa, no tiene nada que ver con la realidad, con la que se da de bruces.
Probablemente, tras las primeras experiencias laborales es cuando las personas se dan cuenta de qué es lo que les gusta o qué es lo que no les gusta y hacia dónde se quieren especializar y es en este contexto donde juegan un papel relevante los másters.
La formación continua es clave para la gestión de equipos y el éxito empresarial
Una persona mínimamente curiosa y/o ambiciosa no ha de dejarse de formar nunca, sobre todo si es emprendedora o lidera una compañía, ya que la gestión de por sí tiene multitud de entresijos que conviene atajar.
Entre otros, todo lo que tiene que ver con el departamento de recursos humanos se ha vuelto fundamental. Formación en employer branding y adquisición del talento es cada vez más demandada por CEOs que buscan hacer una buena selección, conseguir sentido de pertenencia y, por tanto, tener a trabajadores contentos y orgullosos de la marca.
Y es que de un tiempo a esta parte los trabajadores han tomado mayor relevancia en el éxito de las empresas. Generar un buen ambiente y potenciar las habilidades de cada uno en un clima flexible está a la vanguardia de la gestión de los recursos humanos. Tanto es así que están empezando a proliferar los llamados departamentos de la felicidad que sirven para promocionar el bienestar emocional en el trabajo.
Las personas, piedra angular de las empresas
Desde estos departamentos también parten ideas de cursos de formación complementarios al trabajo como gestión eficiente del tiempo, gestión de equipos, liderazgo, aprendizaje organizacional…tener acceso a herramientas que ayuden y faciliten el día a día es fundamental para hacer un mejor trabajo que beneficiará, sin duda alguna, tanto a la persona que lo recibe, como al resto de la empresa, ya que sus conocimientos redundarán en el éxito de su tareas.
Con la pandemia, además, muchas son las personas que se han quedado en casa teletrabajando lo que ha provocado que muchas compañías hayan tenido que apostar por ideas distintas para fomentar ese espíritu de equipo o de pertenencia a pesar de la distancia y el estrés colectivo del momento. Clases de yoga o pilates online, desayunos semanales…son algunas de las actividades que se han llevado a cabo.
Actualmente, con la llegada a la casi vieja normalidad, las empresas están preparando sus estrategias para que la vuelta a la oficina se haga de la mejor manera posible, primando la salud de los trabajadores y flexibilizando las jornadas para facilitar volver con una sonrisa.
En este sentido, los meses que han seguido a la primavera de 2020 las empresas y sus directivos han demostrado tener cintura y, probablemente, haya marcado un nuevo punto de inflexión en la gestión de los recursos humanos y la organización del trabajo, tanto en tiempos como en distribución en sí.