Los riesgos son parte natural de cualquier negocio. Sólo varía su grado en función del tipo de entorno en el que participe una persona. Si lo pones en el contexto del trading y la inversión en criptomonedas, podría ser algo elevado pero manejable. La mayoría de las personas que trabajan en este sector son conscientes de ello. Es posible que lo hayan asumido desde el principio e incluso que hayan ideado sus propias estrategias para utilizarlas a su favor.
Se sabe que los inversores veteranos tienen un gran interés por los riesgos y, gracias a su experiencia, están en mejor posición para proteger y hacer avanzar sus intereses financieros. Para los principiantes, puede ser un desafío, dada la naturaleza impredecible del negocio.
Esto requeriría cierto tiempo y recursos para aprender y dominar la plataforma. Sin embargo, enfrentarse a la incertidumbre puede merecer la pena una vez que los esfuerzos den sus frutos.
Suele ser una montaña rusa debido a la volatilidad inherente al mercado de criptomonedas. La verdad alentadora es que hay historias de éxito de inversores que se hicieron millonarios, y esto puede atraer a nuevos participantes. Si estás descubriendo este sector ahora, los siguientes datos te serán útiles para gestionar los riesgos de tu inversión en criptomonedas.
Diversidad
Las criptomonedas son cualitativamente diversas, no intercambiables. Éste es el primer reto que deben afrontar los gestores de riesgos cuando se trata de este tipo de inversión.
Tendrían que enfrentarse a la desconcertante variedad de criptomonedas que difieren en múltiples dimensiones, como la programabilidad, la seguridad y las características de gobernanza.
La verdad es que no hay ninguna moneda digital que salga barata, por lo que, a la hora de gestionar y controlar los riesgos, los inversores deben tener en cuenta las diversas características. Por eso la idea de una cartera con diferentes niveles de riesgo es algo que ayuda, como se afirma en plataformas de criptomonedas de buena reputación. Como en cualquier otra empresa, crear un equilibrio con diversidad es casi un elemento transformador para ayudarte a evitar la capitulación.
Es la competencia en el sector lo que ha cambiado muchas cosas. Bitcoin fue en su día un concepto relativamente sencillo, y cualquiera podía enviar, recibir y almacenar valor en un formato virtual y criptográfico. Con el tiempo, la que fuera una réplica del dinero y el oro se complicó por las particularidades asociadas a la emisión y gobernanza de las criptomonedas.
Por ejemplo, las responsabilidades de seguimiento y validación de las transacciones se dividen entre los emisores de criptomonedas y los usuarios.
Dificultades en la valoración
Gestionar los riesgos de cualquier instrumento financiero requeriría cuantificar y determinar su exposición utilizando las metodologías habituales en el mercado. Dado que las criptomonedas son un tipo de activo diferente, no existe un método de valoración consensuado. Esto significa que no existen métricas comúnmente aceptadas, y que la información sobre precios puede diferir de un lugar a otro. Por lo tanto, los gestores de riesgos deben apreciar el uso generalizado de enfoques de valoración complejos e inconsistentes para determinar el valor razonable de una criptomoneda.
Con mucho, la técnica más popular para valorar las criptomonedas es la estimación del mercado accesible. Sin embargo, no capta el valor real y potencial de las criptomonedas, especialmente en la forma en que se están utilizando. Algunos analistas abordarían este reto de valoración desde una perspectiva funcional, tratando las criptomonedas como moneda en circulación. Este enfoque se basa en un supuesto distorsionado que pasa por alto las diferencias legales fundamentales entre las criptomonedas y las monedas fiduciarias.
Cuestiones normativas y jurídicas
Una característica notable de las criptomonedas es que no son productos regulados y, por tanto, no se benefician de la protección jurídica estándar que se concede a los instrumentos financieros negociados. Como resultado, esta inversión puede conllevar algunos riesgos legales e incertidumbre que pueden influir en la gestión del riesgo y en la posibilidad de invertir. Se han propuesto normativas, pero en la actualidad todavía no existe un consenso internacional sobre la mejor forma de regular estos activos digitales.
Algunos países han prohibido determinadas criptomonedas, pero permiten e incentivan la proliferación de otras. Para muchos, la protección legal básica es una oportunidad para probar el potencial de la criptomoneda. Por el contrario, otros piensan que la falta de regulación uniforme perpetúa los retos legales, de cumplimiento y normativos que obstaculizan el progreso. Los gestores de riesgos tienen que tener cuidado con los peligros legales y de cumplimiento inusualmente complejos cuando realizan transacciones financieras utilizando criptomonedas.
Obstáculos en los datos y la modelización
Otro reto para los gestores de riesgos son los limitados datos de las transacciones, que podrían dificultar la modelización de las futuras exposiciones y rendimientos de la criptomoneda. El conjunto de datos detallados pero limitados de las transacciones financieras en el mercado de criptomonedas parece insuficiente para la modelización.
Por tanto, se puede afirmar con seguridad que hacer previsiones sobre los activos digitales sería similar a jugar a las adivinanzas. Por ello, los gestores de riesgos suelen utilizar herramientas estadísticas para modelizar su exposición a las criptomonedas e identificar los factores que pueden influir en los precios y los riesgos.
Conclusión
Gestionar los riesgos en la inversión en criptomonedas es posible. Sin embargo, los inversores deben afrontar los retos mencionados en consecuencia para alcanzar sus objetivos. El mercado de criptomonedas es muy especulativo y amplio, por lo que siempre es conveniente investigar lo suficiente antes de realizar inversiones sustanciales.