Emprender con riesgo 0 no es posible.
Y es cierto: “sin riesgo no hay paraíso”, el riesgo es algo inherente a cualquier actividad empresarial y, por tanto, es inevitable. Sin embargo, sí que es posible asumir tan solo riesgos calculados a la hora de crear una empresa.
Por ello, en este artículo vamos a ver cómo lanzar un proyecto minimizando riesgos y la posibilidad de que surjan los problemas habituales inherentes a cualquier actividad emprendedora.
El primer paso es comprender que el riesgo es algo natural
Quizás el paso más difícil es mentalizarse de que el riesgo es inevitable e inherente a cualquier proyecto emprendedor. Pero, en cierto modo, si no existiera el riesgo desaparecería el reto de emprender.
Una vez que reconozcas el riesgo como algo natural podrás anticiparte a él, estimando los principales factores que lo generan y preparando la estrategia adecuada para reducirlos e, incluso, eliminarlos.
La planificación es clave
Ya hemos tenido nuestra idea de negocio. Sin embargo, si montamos nuestra empresa sin ningún tipo de planificación ni organización, las probabilidades de fracaso crecerán exponencialmente.
Por ello, antes de lanzar nuestro proyecto debemos analizar nuestro mercado y a nuestros principales competidores. Y, una vez hecho esto, deberemos dar respuestas a preguntas como estas:
- ¿Qué necesidades voy a satisfacer? ¿Cómo voy a hacerlo?
- ¿Quién es mi público objetivo? ¿Cuáles son sus características?
- ¿Cuál va a ser mi ámbito de operación? ¿Solo local o nacional?
- ¿Vas a lanzar una tienda física o vas a emprender en Internet?
- ¿En qué estado se encuentra mi mercado? ¿Está en la etapa de crecimiento o se encuentra ya en plena etapa de madurez?
- ¿Qué factor diferencial voy a aportar a mis clientes?
Respondiendo estas preguntas podremos preparar y diseñar una estrategia para alcanzar nuestros objetivos asumiendo tan solo riesgos calculados.
Del mismo modo, debes preparar un plan para alcanzar tus objetivos: qué quieres conseguir, cómo vas a hacerlo y cómo vas a medir tus resultados.
Prepara tu presupuesto y cíñete a él
Siempre surgen costes no previstos: es inevitable. Pero la probabilidad de que esto ocurra depende en gran medida del tiempo y de los recursos que dediquemos a presupuestarlos.
Calcula el importe de la inversión inicial que necesitarás: coste del local (en su caso), mobiliario, materiales etcétera. Pero, además, deberás calcular el gasto que tendrás que afrontar mensualmente (gastos de personal, de materiales etcétera).
De ese modo la mayor parte de los costes y de los gastos estarán previstos y tu política financiera estará saneada: serás plenamente consciente en todo momento de tus ingresos, de tus necesidades y de los gastos.
No tengas miedo a pedir financiación
Endeudarse en exceso limitará la capacidad de crecimiento de tu empresa. Sin embargo, no tengas miedo en endeudarte para financiar una inversión razonable.
Todavía hay emprendedores que evitan pedir financiación pero, en verdad, sin financiación nuestra capacidad de inversión va a estar limitada y, por tanto, nuestras posibilidades de crecimiento serán limitadas.
Transfiere riesgos siempre que sea posible
Como emprendedor, tienes que transferir riesgos siempre que sea posible. Por ejemplo, si subcontratas aquellas actividades que no se te dan bien a un tercero no solo le estarás transfiriéndole el riesgo, es que además podrás centrarte en aquellas actividades que en verdad aportan valor mejorando tu rendimiento.
Alquilar VS comprar
No es necesario tener todos nuestros activos en propiedad. Alquilar nuestros activos (ya no solo oficinas sino incluso maquinaria) nos permitirá reducir exponencialmente los riesgos, especialmente al principio del proyecto de emprendimiento.
Y, finalmente, asume la posibilidad de fracaso como algo positivo
Estadísticamente un gran porcentaje de proyectos emprendedores no llegan a su primer año de vida. En España la tolerancia al fracaso es muy baja pero en países anglosajones para poder acceder a puestos directivos se exige haber fracasado varias veces. ¿El motivo? Aquella persona que ha lanzado un proyecto y ha fracasado es plenamente consciente de las causas del fracaso y podrá anticiparse a ellas en el futuro.
En definitiva, y como ya hemos comentado, debemos ser plenamente conscientes de que el riesgo es inherente a cualquier proyecto emprendedor, la anticipación es la clave para poder asumir tan solo riesgos calculados… ¿Estás preparado?
[author][author_image timthumb=’on’]https://rincondelemprendedor.es/wp-content/uploads/2013/11/Colaborador1.jpg[/author_image] [author_info]Sobre el autor: Eduardo Martínez Fustero es Licenciado en y Dirección de Empresas por la Universidad de Zaragoza. Ha colaborado en varias start ups de Internet y en la actualidad trabaja en la escuela de emprendedores IEBS.[/author_info] [/author]
1 comentario
Toma Riesgos: si ganas, serás más feliz. Si pierdes, serás más sabio.
Anto → http://goo.gl/loA9MB