Se trata de un mercado emergente en el que cada vez hay más pequeños empresarios extranjeros. Algunos de ellos nos dan las claves sobre su experiencia en un mercado exigente pero dinámico.
Hasta mediados de la década del 2000 la gente de los países desarrollados creía que únicamente las corporaciones internacionales podían hacer negocios en Rusia: los rumores sobre la corrupción y las costumbres locales asustaban a los empresarios. Según el Servicio Federal Tributario de Rusia (SFT), en 2005 menos de un 15% de las pequeñas empresas registradas por ciudadanos extranjeros provenían de fuera de los países de la CEI, que en aquel momento lideraban el mercado ruso.
Hoy en día en las grandes ciudades y regiones hay cada vez más empresarios de diferentes países del mundo. Según el SFT, en mayo de 2013 en el país operan 25.000 empresarios individuales extranjeros, de los cuales alrededor de un 60% son ciudadanos de los países de la CEI (Comunidad de Estados Independientes). En Moscú y San Petersburgo podemos encontrar panaderías francesas, restaurantes japoneses o de la antigua Yugoslavia, la dueña de una boutique de moda de Italia e incluso un arquitecto de Marruecos. Rusia Hoy ha tratado de averiguar hasta qué punto es difícil para un extranjero abrir un negocio en Rusia.