La tecnología ha dado a las geoceldas una notable evolución en los últimos años; tanto como para ser consideradas uno de los grandes avances de la ingeniería en este siglo.
El desarrollo de nuevos materiales ha hecho que los diferentes tipos de geoceldas se puedan ajustar a más usos de los que fueron pensadas originalmente. Algunos de los más destacados son:
Estabilización de vías no pavimentadas
Los caminos de tierra y otros materiales naturales como arena o grava existen desde que las sociedades comenzaron a hacerse nómadas. Con la fundación de las ciudades, pronto descubrimos que el transito frecuente entre un punto A y B deteriora los caminos, especialmente cuando por ellos se transportan cargas pesadas y están a merced de la erosión hídrica que deforma las superficies.
Pero las geoceldas dejaron este problema en el pasado. El sistema de confinamiento celular hace que el contenido de cada celda tridimensional permanezca en su lugar tras la aplicación directa de fuerzas como el tránsito, la erosión e incluso la sedimentación. El resultado es una superficie con mayor estabilidad y rigidez que soporta el paso vehicular.
En las vías no pavimentadas se usan las geoceldas para dar un refuerzo extra a una primera campa de suelo. Para que funcione adecuadamente, la altura de las geoceldas debe ser entre 4 y 6 pulgadas.
Una vez sea vertido el material, normalmente requerirá de compactación mecánica para que las paredes celulares se activen efectivamente. Una de las ventajas es que de relleno puede usarse suelo local, abaratando costos de maquinaria, transporte y materiales.
Hacenderos y finqueros encuentran en las geoceldas una solución para cuidar sus caminos, lo mismo ocurre en la construcción de caminos forestales, donde el paso de maquinaria es constante y a veces las condiciones de la vía. En muchos países se unas como una solución para estabilizar caminos de arena cercanos a la playa.
Relleno en vías pavimentadas
La rigidez elástica que presenta este material es perfecto para el relleno de vías pavimentadas. Anteriormente, se utilizaban gruesas capas de relleno compacto sobre las cuales se tendía una malla y luego el concreto o asfalto.
Pero desde el desarrollo de los polímeros inteligentes que soportan temperaturas extremas de más de 150°C, las geoceldas entraron a achicar la capa de material de relleno y dar más estabilidad a las vías. La contención y el trabajo anti-erosión que muestran (además de sus capacidades de drenaje) cuidan especialmente las fallas de borde.
Construcción de muros de contención
Cuando de muros de contención se trata, las geoceldas revolucionaron verdaderamente a la ingeniería. Tanto por facilidad, como por economía y factibilidad, representan la mejor opción de construcción de formaciones de contención.
A diferencia de los gaviones, las geoceldas pueden contener material local, por lo que los costos son menores. A diferencia de los muros de concreto, la rigidez flexible minimiza los riesgos de colapso de la estructura frente a movimientos telúricos.
La formación de muros de contención requiere que se apilen una sobre otra celdas rellenas y compactas. Para que la estructura tenga la rigidez, el muro debe construirse segmentado y con cierto grado de inclinación en el borde.
Esto se logra fácilmente al apilar las celdas dejando un espacio de una o dos filas de celdas hacia afuera en cada capa de las celdas. El material polimérico conocido como Neoloy ® o NPA no solamente soporta temperaturas extremas y tensión dinámica que soporta la fatiga, sino que resiste la acción directa de los rayos UV, la humedad y las bacterias que proliferan bajo tierra.
Estabilización de terrenos inclinados
Los taludes y los terrenos inclinados formados por materiales de baja capacidad portante resienten debido a la acción de la erosión, el tránsito y el uso del terreno con fines de siembra.
Las geoceldas representan una solución para la estabilización de estas tierras, sobre todo las que albergan material vegetal. La compactación mecánica del relleno en cada celda da estabilidad a la superficie; las celdas se anclan con materiales especiales para que mantenga su forma y den paridad al terreno.
En caso de terrenos de siembra inclinadas, las celdas en si misma representan una unidad de medida para la siembra. Hacen más sencilla la separación e incluso algunas incorporan soluciones para distribuir los canales de riego.
Las paredes celulares incluyen orificios que se han probado con dos fines: enraizamiento y drenaje parejo.
Este material geosintético aguarda con todo un mundo de soluciones para los profesionales de la construcción que desean modernizarse y extender la vida útil de sus obras, dando me un mejor rendimiento y coste monetario en el mediano y el largo plazo.