Tienes una idea increíble para emprender un negocio, y estás convencido de que simplemente va a cambiar el mundo, o por lo menos una parte. Pero ¿es suficiente con tener una gran idea para convertirse en un emprendedor de éxito? Por desgracia, la respuesta es “probablemente no”.
Existe una gran diferencia entre tener una idea y trasladarla a la realidad de una manera rentable. Como dice el refrán, las ideas son como monedas de diez centavos; lo que de verdad importa es lo que se hace con ellas.
El experimento del emprendimiento
Para muchos empresarios, la vida gira en torno a su negocio. Lo invierten todo en él – el tiempo, los recursos, la pasión – y pronto, son incapaces de separar el negocio de su identidad como personas. Y puesto que del 75 al 90 por ciento de startups terminan finalmente fracasando, aquellos emprendedores que han envuelto sus identidades en sus negocios, terminan sintiéndose fracasados personalmente y no vuelven jamás a intentar emprender de nuevo.
Sin embargo, cuando te planteas el emprendimiento como un experimento (en lugar de, por ejemplo, la llamada de tu vida), estás permitiéndote a ti mismo la posibilidad del fracaso. Esto significa que si tu gran idea no tiene éxito, tratarás de mejorar el siguiente proyecto gracias a lo aprendido de los errores iniciales.
Preguntas necesarias antes de iniciar el experimento
Una vez que hayas adoptado una mentalidad empresarial saludable, estas listo para comenzar a transformar tu experimento en un negocio próspero. Tan solo deberás plantearte primero las preguntas correctas.
- ¿Estoy vendiendo aspirinas o vitaminas ?. Existen un sinfín de modelos de negocio en todos los sectores, pero sólo hay dos objetivos empresariales reales: solucionar un problema existente (vender “aspirinas”) o crear una categoría totalmente nueva (vender “vitaminas”). Si vendes vitaminas – la introducción de una nueva categoría en el mercado – tendrás que contar con un gancho para tu negocio. La clave está en idear la estrategia que haga que tus clientes desarrollen el hábito de usar tu producto o servicio. Por ejemplo, Facebook enganchó a sus usuarios con el tema de compartir información y de abrir sesión con frecuencia (mejor dicho, constantemente). ¿Y qué hay de la aspirina? Para crear un negocio de éxito que ayude a solucionar problemas, lo que necesitas es conocer tu mercado. Tienes que investigar si hay suficientes personas afectadas por el problema como para generar una demanda constante, y entonces determinar cuánto están dispuestos a pagar por la solución que le ofreces.
- ¿Qué ambición tengo?. Todo empresario posee una ambición, y cuanto más sincero seas contigo mismo sobre lo que te impulsa a emprender este negocio, mayores serán tus posibilidades de éxito. Ten en cuenta que cualquier ambición es válida. Podrías estar lanzándote para salvar al mundo o simplemente para alimentar a tu familia. Tal vez lo que desees sea hacerte rico. Sea cual sea tu ambición, tener claro cuál es tu objetivo final constituye la clave para la creación de ese plan de negocios viable que te haga alcanzar tu meta.
- ¿Cuál es mi modelo de negocio?. Una empresa de éxito es capaz de reducir su modelo de negocio a tan solo unas pocas palabras. Por ejemplo, McDonald es “comida rápida y barata con una sonrisa”. Apple es “tecnología de confianza y prestigio”, y eBay es “la mayor venta online de objetos usados del mundo”. Así pues, ¿en qué consiste tu negocio? Si puedes describir tu gran idea en unas pocas palabras que la gente entienda de inmediato – y le cause emoción – tienes una oportunidad real de crear un negocio sostenible.
Tómate tu tiempo para responder a estas tres preguntas con respecto a tu gran idea. El responder de manera consciente a la primera cuestión te ayudará a idear una estrategia de negocio, mientras que las preguntas segunda y tercera te ayudarán a perfeccionar tus métodos y mensajes para dirigir tu negocio allí donde desees.
A través de estas complicadas preguntas y el desarrollo del experimento (no del negocio), te estás permitiendo a ti mismo la posibilidad del fracaso, a la vez que te preparas para el éxito. Comprenderás exactamente hacia adónde se dirige tu negocio, y podrás así crear una hoja de ruta detallada para tal fin.
Fuente: Elperiodicodelemprendedor