Por encima de ser mundialmente famoso por sus mezquitas y cientos de sitios turísticos, Turquía, también es popular entre la comunidad europea debido a sus más de 270 centros médicos especializados en el trasplante capilar que se encuentran distribuidos a lo largo de todo su territorio.
Su prestigio es tanto que se ha transformado en un mercado que genera el interés de miles de personas que padecen alopecia alrededor de todo el mundo. A decir verdad, incluso cuentan con paquetes turísticos que abarcan desde la consulta al centro médico, hospedaje, vuelo, etc.
Se considera, que previo a la pandemia, cerca de 16.000 personas procedente tan solo de España viajaban anualmente a Turquía a fin de comenzar los procedimientos injerto capilar.
El atractivo principal, no solo son los extraordinarios resultados que aseguran los especialistas de Turquía, sino los bajos y accesibles costos del tratamiento, dado que se encuentran en un gran porcentaje subvencionado por el estado, generado que el precio pueda llegar a ser de tan solo un tercio de lo que costaría en España.
Clínicas y médicos respetables, por ejemplo, cobran entre $2500 y $5000 en promedio por el injerto capilar FUE, mientras que la misma cirugía con el mismo nivel de servicio cuesta entre $13 000 y $18 000 en los Estados Unidos, el Reino Unido y la mayoría de los países europeos.
Además, el injerto capilar DHI en Turquía cuesta entre un 20 y un 25 por ciento más que el FUE. Si bien la mayoría de los paquetes están dirigidos a extranjeros, el precio incluye tres noches en hoteles de alta calidad, apoyo lingüístico y servicio de traslado aeropuerto-hotel-clínica. Sin embargo, sigue siendo muy barato en comparación con los otros países europeos mencionados anteriormente.
En esencia, podria decirse que estos son prácticamente los principales motivos del crecimiento e intensificación del injerto capilar en el país asiatico.
Por otro lado, los excelentes resultados de los tratamientos y procedimientos llevados a cabo en Turquía no se deben únicamente al trasplante en sí, sino también a los interesantes productos que se emplean en la región para la terapia post-operatoria, que solo pueden ser conseguidos en ese sitio.
A lo largo de muchos años, las personas del exterior, entre ellos los europeos, no contaban con posibilidad alguna de tener acceso a estos, incluso resultaba básicamente imposible poder comprarlos por internet.
Sin embargo, en estos momentos eso cambió, y es factible importar dichos productos desde Turquía y enviarlos hacia toda la Unión Europea, los cuales funcionan para minimizar la caída del cabello mientras mejora la calidad del mismo. Estos se desarrollan en base a los extractos vegetales de minerales y vitaminas de ciertas plantas, por lo que son libres de químicos dañinos para el organismos, haciendo que las propiedades únicas que ofrece el ecosistema del lugar supriman las enzimas que promueven y estimulan la caída del cabello.
Con esto en mente, y aprovechando el condicionamiento impuesto por las autoridades debido a la pandemia, actualmente se ha logrado percibir cómo los emprendedores europeos comenzaron a presentar proyectos orientados a monopolizar no sólo la gran demanda departamental sino también despojar al destino turco como país predilecto para el turismo capilar con costos altamente asequibles.