Estas pequeñas empresas tecnológicas están ligadas muy a menudo a metas altruistas, que promueven la colaboración y la ayuda a sectores desfavorecidos. Iniciativas dedicadas a mejorar la salud y la inserción laboral son una apuesta de futuro.
Las startups sociales son esas pequeñas empresas tecnológicas enfocadas a realizar mejoras en la forma de vida de la comunidad. Aunque en la actualidad, aún es escaso el número de nuevos proyectos emprendedores que dedican sus esfuerzos a realizar este tipo de acciones.
Por ello, nueve organizaciones en colaboración han creado el programa UEIA, con el que promocionar estas iniciativas así como apoyar su desarrollo. Se trata de AEFtp, trip-drop, Tarifasblancas, Landscare, Cien pies, Creciclando, Afables y AccityMaps.
Desde que su creación el pasado año, UEIA da respaldo a 12 proyectos en cada edición, de todas las categorías, otorgandoles apoyo tecnológico y financiero dentro del marco de un programa de mecenazgo para acelerar el desarrollo de estas startups.
Proyectos ganadores
Cada año, el jurado formado por expertos tecnológicos, económicos y en emprendimiento, escoge los 12 proyectos más interesantes de los cerca de 100 que llegan a presentarse para formar parte de su programa.
Durante los próximos seis meses los creadores de las ideas escogidas disfrutarán de la ayuda de expertos que colaboran en el programa. En ellos, encontrarán apoyo en los aspectos más tecologicos y financieros, así como formación práctica y dinámica.
En respuesta a la situación actual, las iniciativas de inserción laboral para los sectores más desfavorecidos han tenido una gran presencia en el acto. Además de los habituales proyectos de índole médica.
Empresas y personas
En esta edición, tres de las doce iniciativas escogidas tratan de ayudar y mejorar a la inserción laboral de aquellos sectores con mayor riesgo de exclusión. Se trata de «Intersocial», portal enfocado a las personas con discapacidad, «Proyecto E50», para los mayores de 50 años; y «Milhistorias», basado en la contratación de personas en riesgo de exclusion para el cultivo de productos que más tarde se venderán en una tienda online.
«Los tiempos han cambiado», indica el desarrollador de Intersocial, «pero las situaciones se siguen reproducidiendo». Por ello, desde esta startup buscan poner en contacto a empresas y personas con discapacidad en busca de trabajo ya que ahora mismo encontrar trabajadores de este perfil «cuesta».
Prevención y tratamiento médico
Otro de los ámbitos en los que más se ocupan este tipo de proyectos es el médico. De entre los premiados, cinco tratan aspectos de mejora de la calidad de vida de las personas, afectadas o no, por alguna enfermedad.
Estas son «Kit básico domótica para hogar digital», que busca fomentar la comercialización de este tipo de sensores para mejorar la calidad de vida de aquellas personas con movilidad reducida; «DisabledPark», aplicación para la búsqueda de aparcamientos para personas con minusvalía; «IctusCare», red para ayudar a familiares y amigas de personas afectadas por esta enfermedad; «MeNTe», para mejorar el desarrollo de la memoria en personas mayores sanas; y «HealthEye», red social que busca unir a personas con la misma enfermedad.
Desde el aspecto profesional
Las ideadoras del sistema MeNTe, desarrollaron la idea a partir de sus conocimientos profesionales. Ambas, psicólogas de profesión, crearon este sistema para ayudar a acercar los tratamientos de prevención del deterioro cognitivo a aquellas personas con movilidad reducida que no pueden acercarse a los centros de rehabilitación.
Se trata de un programa informático capaz de sintetizarse con aparatos de telemedicina y que podría ser usado por todo tipo de usuarios ya que, uno de los objetivos de las fundadoras es eliminar la llamada brecha digital. «El sistema es tan simple que puede ser utilizado por cualquier persona que no haya usado nunca un ordenador», asegura Jaiza Jiménez.
A diferencia de otros ejercicios y tratamientos preventivos, MeNTe busca un enfoque práctico «que aumente también a la autoestima del paciente y a su desarrollo diario». Así, el programa ayuda al usuario a recordar datos útiles como las caras de sus familiares, sus teléfonos de interés o las direcciones importantes.
Desde la experiencia personal
Sin embargo, no es la regla general. La mayor parte de los proyectos vienen desarrollados desde la experiencia personal, como es el caso de «HealthEye». Esta red social, diseñada por tres jóvenes estudiantes de ingeniería de telecomunicaciones de 21 años, fue creada a partir de la experiencia de la madre de su fundador.
«Mi madre padece epilepsia y de niña se sentía marcada sin saber porqué razón». Pese a ser una enfermedad conocida desde antaño, la epilepsia no comenzó a ser desmitificada e informada hasta principios del siglo XXI. No fue hasta el año 2006, con motivo de la instauración del Día Mundial de la Epilepsia, el 24 de mayo, cuando se comenzó una gran campaña de concienciación.
«Se sentía aislada y señalada por el desconocimiento y la desinformación», asegura Jonathan. La misma falta de información, asegura, que padecen los más de tres millones de personas diagnosticadas con las llamadas «enfermedades raras».
Por eso, Irula ha ideado esta red social que pese a encontrarse aún en fase de desarrollo cuenta ya con cerca de trescientos usuarios preinscritos con los que mantienen una estrecha colaboración para mejorar la web. En ella, mediante la información facilitada por el usuario en su registro, pacientes con la misma enfermedad podrán ponerse en contacto para compartir experiencias y consejos que les ayuden a combatir y superar los síntomas más peligrosos de su patología.
Además de estos proyectos, se encuentran: «25 Stars Content», enforcado en la recomendación de contenidos ideales para la infancia; «Fiiiling», que busca facilitar la donación online a ONGs a través de compras electrónicas; «Familyapp»; para fomentar la financiación a ONGs mediante descuentos en facturas fijas del hogar; y «Huertos Compartidos», bajo el lema «Tú cultivas, yo te dejo la tierra».
Fuente: Cambio16.es