La capacidad de negociación es fundamental en un buen emprendedor, pues es la herramienta con la trabajará en todos los aspectos de su diario vivir. Necesita hacer buenas negociaciones con los clientes, empleados, proveedores e incluso con su competencia.
Existe una apreciación errónea, respecto de cómo es el buen negociante. Normalmente se piensa que es aquel que saca el mayor provecho del negocio, quien “sale ganando” con el trato. Sin embargo, eso no es más que “pan para hoy y hambre para mañana”. Tal vez las primeras tres veces tendrá un buen resultado, pero a futuro, muy pocos querrán negociar con él. Un buen negociador es el que juega teniendo en cuenta que las dos partes deben obtener un beneficio igualitario. Crear buenas relaciones con sus pares es una inversión impagable.
En todo proceso, un buen negociador debe tener la habilidad para comprender y llevar a la otra parte por el camino más conveniente para ambos. Algunos autores afirman que una persona necesita cerca de 800 horas de entrenamiento para adquirir el hábito de negociar de forma espontánea. Las técnicas de negociación son un arte en sí mismas, y controlarlas puede ser una herramienta muy eficaz a la hora de enfrentar una conversación o una reunión