Una buena calibración de los equipos de una industria es un elemento indispensable si queremos garantizar un mantenimiento de prevención efectivo. Esto nos permitirá que nuestros equipos permanezcan en buen estado y evitará problemas futuros. Dicho procedimiento se realiza a través de una herramienta clave: los calibradores industriales.
¿Qué es un calibrador de presión?
Se trata de una herramienta que posee mucha precisión y que calculará un valor bastante exacto que después comparará con el valor del equipo que se quiere calibrar. Todo ello se basa en una tecnología completamente innovadora y desde una perspectiva ergonómica. De este modo, un calibrador de presión por ejemplo, podrá hacer una valoración de los valores, para, a continuación, realizar el o los reajustes necesarios que le corresponden a nuestro equipo. Este tipo de herramientas suelen tener el aspecto de un aparatito de pequeño tamaño, robusto, de fácil manejo y de alto desarrollo.
¿Por qué es tan indispensable realizar calibraciones periódicamente?
Aunque los equipos de una empresa sean nuevos, con el tiempo estos se expondrán al uso y consiguiente envejecimiento, producido por cambios de temperatura, estrés mecánico, etc. Todos estos fenómenos son inevitables, pero pueden deteriorar de manera significativa el estado de nuestros equipos y la eficiencia de sus funciones. Esto acabará influyendo inevitablemente en el producto final que queremos ofrecer, que no tendrá ya la misma calidad.
Y ¿Cuál es aquí el rol de la calibración? Pues evitar precisamente que esto acontezca mediante instrumentos como los calibradores de presión.
¿Qué ventajas aporta a nuestra empresa y como beneficiarnos de ellas?
Este tipo de sistemas revierten en positivo también sobre las finanzas de la empresa, de manera que consiguen que a largo plazo la balanza ingresos-gastos se incline más hacia los primeros. Además, permiten también ahorrar tiempo y que nuestra empresa funcione bajo unas condiciones de seguridad mayores. El objetivo es que consigamos prevenir los posibles problemas y, cuando esto ya no es posible, poder al menos identificarlos para solucionarlos.
Y no solo eso, sino que de este modo evitaremos que la producción se vea completamente paralizada, ya que el calibrador nos permitirá adelantarnos a un problema mayor.
Por último, no hay que olvidarse de que debemos tener en cuenta las normas nacionales e internacionales del sector, así como el personal especializado necesario y unas instalaciones adecuadas. Solo esto nos asegurará que cumplimos con la calidad exigida.
Si estás pensando en mejorar la eficiencia de tus instrumentos de medición, os recomendamos este curso de calibración de equipos de medición que imparte la reconocida empresa TCM, que tras años de experiencia, sigue manteniéndose líder en la formación y consultoría sobre calibración.
¿Qué tipo de calibrador me conviene?
En el mercado encontramos una gran tipología de calibradores. Algunos de los más comunes son: los calibradores de presión, los calibradores de proceso, los calibradores eléctricos, los calibradores EX, los calibradores multifunción, los calibradores-documentadores, los calibradores de procesos… La elección de uno u otro dependerá en todo caso del tipo de equipos que tenga nuestra empresa y de las particularidades que tenga la elaboración de nuestro producto final.
Asimismo, empresas como Beamex ponen a disposición del cliente controladores de presión tanto portátiles como de taller, que pueden además usarse de manera independiente o combinándose con sus propios calibradores, evitando así la calibración con papel.