¿Qué había antes de que existiesen las multinacionales? La respuesta es simple: ahí estaban las empresas familiares, que han continuado sus andaduras a lo largo de los siglos, transmitiendo el negocio de padres a hijos y manteniendo un equilibrio que la ha hecho una auténtica superviviente. Quizá sea el tamaño, que es más manejable, o el impulso y la ilusión que todos los miembros de la familia imprimen en lo que hacen; un alma difícilmente extrapolable a una gran empresa en la que los trabajadores tienen unos vínculos distintos con su propia misión dentro de su puesto. Quizá sea el protocolo familiar, en el que se ha establecido una serie de normas que van a mantener cada cosa en su sitio, evitando los posibles conflictos entre los familiares o ese know how que han sabido transmitir y mantener con el paso del tiempo.
“Sea cual sea el motivo que ha llevado a la durabilidad de las empresas familiares, lo que es fácil es apostar a que los empresarios que montaron sus empresas hace siglos no pensaron nunca que les iban a sobrevivir de esta manera”
El caso más paradigmático en este sentido es la constructora japonesa Kongo Gumi, creada en el 578 y que hasta el año 2006 era la empresa familiar más antigua del mundo, momento en el que fue comprada. Por ello su historia no deja de ser insólita, ya que sus inicios están marcados por la petición del príncipe Shotoku a la familia Kongo para que se hiciesen cargo de la construcción de un templo budista. Unos cuantos siglos después, la generación número 40 seguía construyendo y reparando templos desde la ciudad de Osaka.
La revista Family Business Magazine revela en un listado elaborado por el profesor William O´Hara (autor del libro “Siglos de éxito”) que el primer puesto actualmente lo ostenta otra empresa del país del Sol Naciente, Hoshi Ryokan, un hotel con spa en Komatsu, que sigue en pie desde el año 718. Otro de los primeros puestos lo ocupa la empresa familiar francesa Goulaine, un castillo fundado en el año 1000 y dedicado a los viñedos situados en el conocido Valle del Loira, cerca de la población de Nantes.
España, en el ránking de las empresas más antiguas
Las empresas familiares españolas también se encuentran representadas en esta lista, en la que podemos encontrar marcas como Codorníu y Bodegas Osborne. La primera de ellas fue adquirida en 1551 por Jaume Codorníu y desde entonces cuenta con cinco siglos de vida. Cada año visitan las bodegas 200.000 personas y se producen 60 millones de botellas. Bastante lejos de ella se encuentra Osborne, en el puesto 92. Esta empresa nació en 1772 de la mano de Thomas Osborne Mann, un inglés propietario de una compañía exportadora en Cádiz de quien se dice que hizo muy buenos negocios gracias a su amistad con un cónsul. Hoy la empresa tiene 700 empleados y está comandada por Ignacio y Tomás Osborne.
Otra de las empresas más antiguas en España cumple este 2014 trescientos años y se trata de la papelera J. Vilaseca. “Todo el mundo en España ha tocado algún papel nuestro”, dicen sus propietarios con orgullo y es que entre las más de 600 referencias que podemos tener de esta pequeña empresa familiar, realizan el papel de los boletos de lotería, los cartones del bingo, el papel del tapón de las bebidas alcohólicas de cierta graduación y el precinto oficial de los paquetes de tabaco.
Después de este repaso de algunas de las empresas familiares con más solera del mundo, queda demostrado que la cuestión de ser una pequeña empresa no es óbice para lograr la continuidad del negocio y seguir trabajando con pasión en algo que pertenece a sólo unos pocos: la familia.
** Imagen de Creative Commons de Hermanos Guasch