El cannabis nos ha dado muchos productos valiosos. Existen medicinas hechas a partir de componentes encontrados en el cannabis, ropa y textiles hechos a partir de la planta de cannabis… Pero no es hasta hace poco que hemos cambiado la forma que vemos a esta planta. Hoy en día, gracias a muchos estudios, sabemos los beneficios nutricionales de las semillas de esta planta.
Aquí os mostramos no sólo razones por las qué comer semillas de cannabis, sino un par de tips a la hora de comer estas pequeñas y sabrosas semillas.
Contienen grasas (de las buenas)
Cuando se trata de de las grasas que encontramos en estas semillas, son las más saludables de todas. Todas las semillas están compuestas en su mayor parte por grasas, pero no todas tienen el mismo tipo de grasas.
Existen grasas saturadas y grasas trans: Estas grasas, por mucho que sean consumidas en moderación, aumentan nuestro colesterol y nos ponen en riesgo de muchas enfermedades cardiovascular como arterioesclerosis, etc.
En cambio, las semillas de cannabis no tienen ni un solo gramo de estas grasas, sino que todas las grasas encontradas en éstas son no saturadas. Las grasas no saturadas son importantes para nuestra salud, ayudando a asimilar distintos tipos de vitaminas que consumimos, y no son nocivas para nuestra salud si son consumidas con moderación.
Están llenas de proteínas
Lo más notable de las semillas de cannabis es el tipo de proteína que encontramos aquí. Al contrario que la mayoría de las fuentes de proteína vegetales, las semillas de cannabis proveen los nueve aminoácidos esenciales.
Esto significa que en este aspecto, la proteína en las semillas de cannabis es igual de buena o completa que cualquier proteína animal como el huevo, la carne, etc.
Así, las semillas de cannabis son superiores incluso a el tofu y el seitán, unas de las fuentes de proteína más populares entre vegetarianos y veganos.
Si están buscando añadir más proteína a tu dieta o aumentar masa muscular, es recomendable que sustituyas otras semillas en tu dieta por estas, ya que te aportan más y mejor proteina.
Contienen Omega 3
El Omega 3 es un tipo de ácido graso. Existen más Omegas: El Omega 6, Omega 9, y así sucesivamente, hasta once tipos diferentes de estos ácidos grasos. Pero es el Omega 3 el más escaso en nuestra dieta, siendo encontrado más que nada en el aceite de pescado… O por lo menos eso es la noción más común.
La verdad es que el Omega 3 también se encuentra, y en mayor concentración, en algunas semillas. Unas de estas semillas son las semillas de cannabis que, después de las semillas de chía, son las que tienen una mayor concentración de este nutriente esencial.
Además, la cantidad de Omega 3 en estas semillas es la cantidad ideal: Según estudios llevados a cabo sobre los beneficios de este nutriente, se ha descubierto que para aprovechar los beneficios del Omega 3 al máximo ha de ser consumido con tres veces la cantidad de Omega 6. Lo que quiere decir que por cada 3 gramos de Omega 6, deberíamos consumir un gramos de Omega 3. Esa cantidad se encuentra naturalmente en las semillas de cannabis. Una casualidad afortunada y, francamente, exquisita.
Fibra
Existen dos tipos distintos de fibra alimentaria: La primera -que es además la más común- es la fibra soluble. Esta fibra nos ayuda a digerir mejor la comida, y además provee a la comida de una cualidad elástica, absorbiendo agua, y facilitando así el movimiento de los restos de comida a través de los intestinos. La falta de fibra soluble es una de las causas más comunes de estreñimiento y hemorroides y suele ser la recomendación más dicha en los consultorios médicos: “Más fibra en su dieta”, dicen doctores y nutricionistas. Y tienen razón.
Luego encontramos la fibra insoluble. Insoluble no se usa de manera dramática ni absoluta, sino para indicar que es un tipo de fibra bastante más difícil de digerir. Esta fibra tarda en disolverse, y puede pasar hasta dos horas en nuestro estómago. Al ser afectada por nuestro ácido gástrico, la fibra insoluble se va convirtiendo en una especial de gel incoloro, adhiriéndose a nuestras paredes estomacales y liberando glucosa de manera gradual directamente a nuestra sangre.
Esta liberación gradual de azúcar es una de las razones por las que la fibra insoluble es una de las mejores maneras de prevenir la diabetes, a parte de otras enfermedades cardiovasculares. Además, al permanecer por períodos extendidos en nuestro estómago, funciona de sustento para las bacterias que ahí habitan y que ayudan a la buena digestión.