Emprender es algo más que una opción de empleo. Se podría decir incluso que ser emprendedor es una forma de vida, una actitud que hay que acompañarla de mucho esfuerzo para que nuestro proyecto llegue a tener éxito.
Las cualidades que debe tener todo emprendedor no son fijas ni se pueden sistematizar con una fórmula y combinación infalible que nos garantice el éxito. Además, no será lo mismo emprender en un sector o en otro, cada uno requerirá además de cualidades adicionales para conseguir el éxito.
Sin embargo, hay una serie de cualidades y aptitudes básicas que son necesarias para el emprendedor o que al debe conozcer para poder incorporarlas a través de algún miembro de su equipo y que de esa manera el proyecto no adolezca de ninguna de ellas.
Todas ellas son cualidades que se pueden potenciar y desarrollar, no es necesario nacer con ellas, pero sí es necesario “desplegarlas” y conocerlas cuando vayamos a iniciar nuestro proyecto de emprendimiento.
Imaginación y gusto por la innovación por buscar y explorar caminos nuevos. Imprescindible para encontrar nichos de negocio y detectar las necesidades futuras de nuestro mercado objetivo.
Decía Einstein que la imaginación es más importante que el conocimiento porque el conocimiento es limitado y la imaginación no. Imaginemos primero y utilicemos después nuestro conocimiento para hacerlo realidad, sin despegar en ningún momento los pies de la tierra.
La formación es indispensable. En primer lugar, la que ya tenemos y que nos impulsa a iniciar nuestro proyecto y en segundo lugar, y más importante todavía, la que tenemos la obligación de adquirir para reciclarnos y adaptarnos al cambiante entorno económico, empresarial y tecnológico.
Ser curioso, preguntar y cuestionarse deben ser cualidades presentes en el día a día de nuestro proyecto empresarial. Debemos preguntarnos no sólo para encontrar soluciones sino, y sobre todo, para aprender. Todo es mejorable o se podría hacer igual de bien de otra manera. Lo importante es no creer que lo que hacemos es inmejorable y menos a la velocidad que avanza la sociedad.
El éxito no se encuentra por casualidad. Alcanzar el éxito empresarial es el resultado de mucho trabajo, esfuerzo e ilusión materializados en un plan, una estrategia que nos permita llegar al objetivo marcado.
No hay que dejar nada al azar, es necesario elaborar un plan y visualizar los objetivos intermedios y finales para conseguir los resultados deseados, que nos den una perspectiva clara de las prioridades y necesidades de cada momento para cumplir estos objetivos.
La incertidumbre es consustancial al emprendimiento. Buscar nuevos caminos implica a menudo enfrentarse a decisiones sin tener toda la información necesaria para resolverlas con un mínimo de seguridad. Mientras nuestras decisiones sean razonadas, razonables y se sustenten en nuestro conocimiento, experiencia e intuición hay que seguir adelante con paso firme.
Aunque el riesgo esté ahí no hay que tener miedo porque éste es uno de los factores más “autolimitantes” que tenemos las personas. El emprendedor debe acostumbrarse a estar fuera de su zona de confort y a actuar con seguridad confiando en su capacidad para afrontar los retos que se le plantean.
El emprendedor debe ser una persona práctica y orientar su actividad a resultados. La eficiencia se convierte en un valor fundamental para optimizar costes e inversiones y sobre todo para comprobar, minimizando riesgos al máximo, la viabilidad de su proyecto.
Establecer un cronograma detallado y realista de cumplimiento de objetivos en base a criterios de máxima eficiencia es una necesidad que no debe desaparecer en ningún momento de vida de la empresa.
Emprender es como el matrimonio: un acto de entrega en cuerpo y alma, pero en este caso a un proyecto empresarial.
La pasión es un sentimiento que ayudará al emprendedor a sortear las numerosas dificultades que se encontrará en el camino, a sobreponerse a las adversidades y contratiempos que aparezcan. Un emprendedor apasionado por lo que hace, por su idea e incluso por sí mismo, transmite una sensación se seguridad y de confianza clave para triunfar en el mundo de los negocios.
La receta del éxito
Estás son seis cualidades que tienen en común su relación con la forma de ser, pensar y actuar de personas. Son cualidades humanas que se pueden potenciar y entrenar. Una cosa además está clara: aunque las tengamos no tenemos garantizado el éxito porque hay muchos factores y variables que lo determinan.
Sin duda, se puede tener éxito sin tener todas estas cualidades y es posible que algunos proyectos requieran otros aspectos adicionales para conseguirlo pero, con estas cualidades, una idea, un plan de negocio y trabajo duro, estaríamos preparados para afrontar los retos de crear nuestra empresa.
Todos estos aspectos están, de una u otra manera, en el inspirador discurso que dio Steve Jobs en la Universidad de Stanford en 2005, que todos hemos visto y que no viene mal recordar de vez en cuando.
Fuente: Finikito