Forman parte de una élite del conglomerado de empresas mendocinas. En poco tiempo desarrollaron negocios rentables en diferentes sectores. Revelan las claves de su éxito.
Si el punto de inflexión para un jugador de fútbol es a los 20 años, el de un empresario definitivamente es a los 40. Ser joven, talentoso y exitoso parece ser la fórmula perfecta a la hora de liderar negocios rentables.
Ya sean autodidactas o con fuerte formación universitaria, en Mendoza los nuevos empresarios jóvenes, que apenas transitan el fin de su tercera década o el comienzo de la cuarta, coinciden en que la clave para pasar de amateurs a “jugar en primera” está en el orden, en la precisión de los procesos y en comenzar a contar con información certera de lo que pasa en su entorno, como también lo que sucede puertas adentro de su negocio, además del capital y su financiación.
Eventos y bases de datos
En la última década, sin duda, los negocios que mayor expansión han tenido son los relacionados con la tecnología y Mendoza ha dado varios ejemplos de empresarios que constituyeron negocios exitosos.
Emilio Tagua (29), junto con sus socios Nicolás y Pablo Aquistapace, son los fundadores de Eventioz, una plataforma on line que simplifica la organización de la registración y pago de diferentes eventos.
“Eventioz surge en 2008. En esa época participamos de una conferencia de Endeavor y notamos que los organizadores de eventos tenían que registrar los participantes, crear las bases de datos y cobrar las entradas de manera manual. Todo era lento y muchas veces se complicaba. Desde ese día, Nicolás, Pablo y yo nos fijamos como objetivo facilitarle el trabajo a cualquier persona que desee organizar un evento. Así nació la idea de crear la plataforma online”, comentó Tagua.
Y la idea fue un éxito, desde su creación, Eventioz ha dado vida a más de 20 mil eventos en Argentina, Brasil, Chile, México, Colombia y Perú, logrando registrar a 1 millón de personas. Además, no sólo atrajo las miradas de los pares, sino que una empresa de Silicon Valley, Eventbrite, decidió fusionarse (sic) con la local en 2013.
“Eventbrite deseaba comenzar un proceso de expansión en América Latina y nos eligió para cumplir ese propósito. Según nos comentaron, la decisión se tomó porque nos veían como un grupo capacitado, les gustaba lo que habíamos hecho con Eventioz y la calidad de nuestro servicio”, señala Tagua.
Haciendo una revisión de su carrera, Tagua, asegura que no ha tenido un sólo punto de inflexión que le permitió pasar de emprendedor a empresario. “Como suelen decir, las startups son una montaña rusa emocional, un día estás en la cima y al día siguiente sentís que estás cayendo, y viceversa. Creo que hubo muchos puntos de inflexión, entre ellos cuando decidimos recibir capital de inversión y el último grande, la fusión (sic) con Eventbrite”.
Sushi, música y milanesas
Son familia y mientras realizaban sus maestrías en Buenos Aires, decidieron que una carrera en una compañía no era lo que tenían como objetivo para sus vidas y decidieron volver a Mendoza para emprender un negocio propio. Eduardo Andreu (32), Nicolás Largacha (33) y Diego Largacha (31), fundaron el grupo Pyxis, una empresa dedicada al desarrollo gastronómico en la provincia.
“No sabíamos qué queríamos hacer, pero sabíamos que para disminuir el riesgo era mejor emprender un negocio probado”, sintetiza Eduardo Andreu, quien tiene al mando la gerencia administrativa y de finanzas del grupo.
Así, en 2008 comenzaron a buscar una franquicia que se adaptara a sus expectativas y necesidades. Arrancaron con las tratativas y en 2009 cortaron las cintas del primer Sushi Club de Mendoza, una cadena gastronómica premium que se especializa en sushi y cocina de tendencia asiática. Nicolás Largacha asegura que parte de su éxito se lo deben a la “mala suerte”.
“Al año de abrir Sushi Club, el éxito era arrollador y empezamos a buscar otras franquicias y por suerte no encontramos el local apropiado y ni tampoco la franquicia que nos abriera las puertas de otros negocios. Eso nos permitió que tras tres años de trabajo pudiéramos armar las estructuras, generar los procesos y validar la administración, que en un negocio es un pilar fundamental”, cuenta el empresario.
Tras los primeros tres años de trabajo, encontraron un local adecuado y cortaron las cintas de su segundo negocio: Johnny B Good, un bar restaurante temático musical, que tiene sucursales en Córdoba y Santa Fe.
“La locación para nosotros es lo más importante y nos costó encontrar locales que se adaptaran a los proyectos que teníamos en mente, con la cantidad de metros cuadrados que se necesitan para operarlo”, señaló Diego Largacha, gerente de operaciones.
No les fue mal y en 2013 decidieron seguir apostando por el negocio gastronómico y trajeron a la provincia la franquicia del Club de la Milanesa.
Para Nicolás Largacha el éxito de un local gastronómico se dirime de lunes a jueves al mediodía.
“El mediodía en nuestro negocio es fundamental, primero por los costos fijos, y después porque la gente pasa y siempre lo ve lleno y eso termina atrayendo a más gente. Si no creemos que el negocio vaya a operar fuerte al mediodía nos cuesta verlo como una inversión a futuro. El fin de semana todo funciona porque la masa de gente que sale a la calle siempre es mayor”, describe.
En conjunto por Sushi Club, Johnny B Good y El Club de la Milanesa pasan mensualmente más de 20 mil personas.
Vinos, espirituosas y más
Rodrigo Guardia (30), junto con Vladimir Lldan (30) son socios fundadores de Go Bar, una empresa mendocina que tiene 17 almacenes de vinos y espirituosas, diseminados por Mendoza y San Juan, y cuenta con una unidad de negocios de barras para eventos.
Es, sin duda, una de las empresas más dinámicas de la provincia, que además ha captado la atención de inversionistas muy importantes. En noviembre sumó como socio capitalista a Jorge Estrada Mora, quien, entre otras cosas, es productor de la última película de Juan José Campanella y además está ligado al mundo del vino con viñedos Chapadmalal y otros desarrollos hechos de la mano de Trapiche.
“En 2005 empezamos con las barras para eventos. Como el negocio creció, en 2008 comenzamos a buscar una oficina para atender a los clientes de las barras. En la búsqueda, encontramos un espacio que tenía en la planta baja un showroom, pero como la parte de arriba era excelente para nuestra oficina, se nos ocurrió utilizar el showroom como un espacio para la venta de espirituosas, que se complementaba con la barra. Después fuimos incluyendo vinos, con lo que se fue convirtiendo más en una vinoteca”.
Con la incorporación del vino, en ese mismo año terminaron abriendo la primera sucursal y de ahí en adelante hasta 2013 completaron 10 locales propios y 6 franquiciados, al que se suma el mayorista de vinos El Cielo.
“El sistema de franquicias fue reactivo, la gente vino a buscarnos para abrir como franquicias. Así detectamos una oportunidad y salimos a buscar un nuevo socio que aportara capital de trabajo. Hicimos seis presentaciones a posibles inversores, vimos el perfil y la excelente persona que es Estrada Mora y arrancamos trabajando con él como socio, incorporando capital para abrir sucursales en todo el país”.
Para Guardia, su negocio está en franca expansión. De hecho, según comentó, en 2013 “nuestras ventas en volumen han crecido y el ticket promedio también. En parte esto ha sido como resultado de la consolidación que hemos tenido como empresa”, sintetizó.
Wine hotels de lujo
Caroline Loock (33) es mendocina por adopción, ya que nació en Francia. Llegó a Mendoza de la mano de su marido, Diego Stortini, con quien inició una familia. Hoy es dueña de dos hoteles boutique llamados Postales, uno ubicado en Chacras de Coria y otro en el Valle de Uco.
“Al empezar a trabajar de joven siempre tuve como objetivo empezar un negocio propio y emprender. Luego de algunos años de experiencia como export manager en bodegas mendocinas y viajando por América y Asia, desarrollando e implementando estrategias comerciales, decidí dar un salto y empezar mi propio negocio. Muchas veces uno trabaja pensando que acumulando experiencia muchos años luego podrá emprender su propio negocio, pero la verdad es que cuanto más postergás menos te animás, y a veces la experiencia no es lo más importante para el éxito de un negocio”, cuenta Loock.
Para la joven empresaria, decidir arrancar con este emprendimiento estuvo relacionado con la posibilidad de poder estar más tiempo con su hija y todo se desarrolló en el último año.
“Una semana antes de tener a mi hija fue cuando conocí a los anteriores dueños de Postales, quienes se iban de la Argentina, y en pocas semanas cerramos el negocio y así empezó la historia”, cuenta.
En sus hoteles no sólo se brinda hospedaje, sino lo que se denomina la experiencia “total del mundo del vino”, en donde se incluyen los restaurantes, tours, elaboración y venta de vinos.
“Pasé muy rápido de empleada a emprendedora y luego a empresaria. Creo que el paso de emprendedor a empresario es cuando uno logra poner en funcionamiento un negocio sin que este necesite de uno. Por eso, desde el principio trabajé para armar un equipo comprometido y especializado que empuje el negocio al lado mío, pensando desde el principio en crear un modelo de negocio que el día de mañana no dependa de mí sino de un concepto”, contó.
Reciclaje de basura electrónica
En diciembre la Federación Económica de Mendoza lo reconoció con el premio Joven Empresario Mendocino 2013. Farid Nallim (33), junto con su hermana Andrea, lleva las riendas de Reciclarg Recycling Technology que empezó en 2010.
“En 2008 observamos la problemática provincial de la basura electrónica. Me llamó la atención y empecé a investigar. Vimos que en Argentina había un puñado de empresas que se dedicaban a eso, pero ninguna estaba en Mendoza”, cuenta Nallim.
En 2010 se constituyeron como firma, con el objetivo de erradicar la basura electrónica en Cuyo. “La materia prima la conseguimos de empresas que tienen un pasivo ambiental o de personas particulares, en donde la pasamos a buscar”, comenta Farid.
Reciclarg Recycling Technology a cambio de retirar la basura electrónica que tiene la compañía, además de percibir un valor por kilo de basura, entrega a la empresa un certificado que avala normas de calidad y así pueden deducir la tasa ambiental que las firmas les pagan a los municipios.
“Una parte del material lo reutilizamos y otra la reciclamos. En el caso de la reutilización, muchas cosas que llegan a nosotros funcionan, entonces lo que hacemos es volverlas a ensamblar y alargándoles el ciclo de vida brindamos la posibilidad de disminuir la brecha digital, ya que alguien que no puede comprarse una computadora nueva se compra una usada”, indica Nallim.
La empresa tiene cuatro unidades de negocio: recolección, reciclaje, reutilización y capacitación. En esta última han desarrollado un programa de educación para niños y adolescentes para la concientización. En las escuelas primarias se trabaja con el suprareciclaje, para el que diseñaron juegos didácticos que les permiten a los chicos multiplicar, dividir, ver fracciones y trabajar el tema del reciclaje también.
Así, unos por “mala suerte” y otros porque vieron con claridad el negocio, lo cierto es que arriesgaron y ganaron. Pero seguro seguirán poniéndose nuevos desafíos.
Fuente: Losandes.com
3 comentarios
Excelente artículo.
Muchas Gracias¡¡¡¡
Al buscarlos en Google aparecia una alerta de sitio comprometido… Pero yo no veo nada raro