Emprender es cada día más común y con ello crece el éxito promedio del emprendimiento, ejemplo de ello son las startups españolas, las cuales solo en 2020 incrementaron su inversión en 1100 millones de euros. Esto ha incentivado a muchas personas a iniciar sus negocios, haciendo estudios anteriores sobre el mercado y las herramientas tecnológicas, implementando plataformas amigables, con el uso adecuado de redes sociales para negocios y el marketing digital. Sin embargo, hay algo que aún limita a muchos emprendedores y es que confunden un hobby con un negocio.
Principales diferencias
Parece un error absurdo, pero es muy común aún en la actualidad entre emprendedores, ya que, si bien existen negocios que iniciaron en un hobby, pasaron por un estudio de mercado y análisis detallado de rentabilidad antes de convertirse en ello.
Una forma simple para saber si tu emprendimiento es un hobby o un negocio es saber si genera o no ingresos, es decir, si lo que haces te va a dar una retribución económica y si las inversiones para su mejora, ya sean en tecnología, herramientas, materiales o incluso maquinaria, van a mejorar el coste y tiempo a la hora de brindar productos de mayor calidad, incrementando el número de clientes y nuestro flujo de ganancias. Si la respuesta es positiva, nos encontramos ante un negocio, de lo contrario solo es un hobby.
Relacionado con esta característica, para un negocio siempre hay un mercado disponible, ya sean artesanías o trabajos en madera, venta de comida o servicios prestados como fotógrafo profesional. Si tu hobby por ejemplo es la fotografía, pero no generas dinero con ella, solo se queda en eso.
Otro aspecto a tener en cuenta es que el resultado de nuestro hobby solo nos interesa a nosotros, es decir, tiene valor solo para nosotros mismos y no estamos obligados a entregar los resultados, un producto o un servicio a un cliente y menos tenemos que cumplir sus expectativas. En cambio, un negocio busca ofrecer novedades o características que no estaban presentes en un mercado, adaptándose continuamente a sus necesidades.
Hay hobbies que luego de invertir en nuevas plataformas tecnológicas han incrementado exponencialmente su mercado y llegado a convertirse en negocio. Uno de los casos más populares son los de streamers como Ibai Llanos, que pasó de comentar eventos como hobby a ser un comentarista profesional de eventos como campeonatos de fútbol o de videojuegos como League of Legends, por lo que, en este caso, pasó de hobby a negocio al ganar dinero con ello.
Pero la tecnología también puede servir para impulsar un negocio ya existente, ya que muchos negocios invierten en las tecnologías para llegar a más clientes. Este caso se puede observar en las salas de bingo tradicionales, las cuales mediante plataformas como Lowen – Play nos permiten disfrutar de jugar al bingo online desde cualquier dispositivo móvil, ofreciendo incluso varias temáticas para todos los gustos. Esa constante adaptabilidad ha permitido a la industria del casino un rápido crecimiento en España y en el mundo.
Economía de la pasión
Sin embargo, un hobby puede convertirse en un negocio apasionado, este tipo de negocios es percibido como economía de la pasión, un novedoso concepto surgido en 2019 consiste en convertir en negocio aquello que nos apasiona como hobby o pasatiempos.
Otra forma de verlo son aquellos negocios que surgen como una extensión de nuestro estilo de vida. Tal es el caso de aquellos que viven de diseñar ropa deportiva, jugar videojuegos, compartir sus viajes, entre tantos otros. En todo caso, lo principal es conectar con un mercado existente y nutrirlo, gracias al valor único e inimitable que son capaces de proporcionar.