La vida y la rutina pueden hacernos sufrir ansiedad de manera diaria o puntualmente ante alguna situación, lo que puede convertirse en una sensación muy incómoda. El trabajo desmesurado y los vaivenes de la gestión empresarial pueden hacerte caer en algún momento, y disfrutar de momentos de paz y tranquilidad parece imposible. Por suerte, existen diferentes técnicas de relajación que te calmarán física y mentalmente. Hay tantas opciones como quieras probar, lo importante es que tengas siempre tu salud como una prioridad.
Hoy queremos que conozcas algunas técnicas sencillas para que comiences a combatir el estrés en tu vida y mejorar tu estado de salud.
Beneficios de la relajación
Sea cual sea la técnica que vayas a poner en práctica, todas conllevan multitud de beneficios para tu organismo. Te comentamos alguno para que empieces a animarte con lo que puedes conseguir en el futuro:
- Aumentar la confianza en uno mismo para poder enfrentarse a los problemas
- Mejorar la calidad del sueño, consiguiendo disminuir el cansancio y la fatiga durante el resto del día
- Mejorar la concentración y ánimo general
- Disminuir los estados de ira, estrés y frustración; que acabamos pagando con todos
- Disminuir la presión arterial y la tensión muscular, evitando problemas futuros
- Normalizarr los niveles de azúcar en sangre
- Mejorar la digestión de todas las comidas
- Normalizar la frecuencia respiratoria en momentos de tensión
Esto son apenas unos ejemplos de lo que se puede conseguir con la relajación; algo a lo que te irás acostumbrando y podrás ver cómo aumentan si además te tomas el día a día con una actitud positiva: duerme suficiente, administra bien el tiempo, haz ejercicio, sonríe más…
Técnicas de relajación
Son muchos los profesionales de la salud que pueden enseñarte diferentes técnicas, pero en la era de internet también puedes apoyarte en vídeos y otros formatos para aprender algunas por tu cuenta, simplemente investigando un poco. Focaliza tu atención, concéntrate en tu propio cuerpo y trata de mantenerlo como una rutina diaria para conseguir el máximo beneficio a largo plazo.
- Relajación autógena: “Autógena” quiere decir “que viene de dentro”, así que con esta técnica tendrás que esforzarte por tener una conciencia corporal absoluta. Visualiza imágenes que consideres relajantes y pon el foco en tu respiración. Trata de sentir diferentes sensaciones en cada una de las partes de tu cuerpo.
- Relajación muscular progresiva: Aquí tendrás que dividir tu cuerpo en grupos musculares. Poco a poco, ve tensándolos y destensándolos, con mucho cuidado de no lesionarte. Notarás los cambios y agradecerás la distensión. Sigue un orden, de arriba abajo o viceversa: contrae cada grupo muscular durante 5 segundos y relájalo otros 30.
- Visualización: Para llevar a cabo esta técnica, lo ideal es formar diferentes imágenes mentales de lugares idílicos, pacíficos y tranquilos; sitios que te gustaría visitar o en los que ya hayas estado. La playa, la montaña, una tarde frente a la chimenea… Trata después de sentir los detalles de esa escena: el calor, la brisa, las olas…
Más allá de estas tres, existen muchas formas de encontrar la relajación como la respiración profunda, la hidroterapia, la biorretroalimentación; o actividades como el taichí, el yoga o la meditación. Busca más información y prueba diferentes cosas, hasta encontrar lo que mejor te funcione para estar cómodo.