Cuando se trata de buscar trabajo o de emprender, entregar un buen currículum es la mejor carta de presentación que podemos tener: tanto para nuestros futuros jefes, como para nuestros posibles clientes. Por eso, maquetar tu curriculum es si cabe la primera y más esencial tarea que debemos llevar a cabo.
Durante el proceso, pueden surgirnos dudas en cuanto a la forma y al contenido, lo cual es completamente normal. No hay dos currículums iguales, pero sí que existen una serie de pautas generales a las que podemos atenernos y garantizar la calidad y precisión de nuestro CV.
¿A quién va dirigido?
Esta pregunta tan simple es esencial antes de ponernos manos a la obra con nuestro currículum. En función del puesto de trabajo al que queramos aplicar o del perfil de clientes al que queramos llegar deberemos enfocar nuestro CV de una u otra manera.
Uno de los errores más habituales es la tendencia a indicar todas las experiencias laborales que hemos tenido, sin resaltar las que realmente guardan relación con el puesto en concreto. Esto no solo dificulta la lectura de nuestro curriculum, sino que, además, no ayuda a vincular nuestro perfil con el puesto al que aspiramos. Esto puede provocar que nos descarten ya de primeras.
Por eso, si tenemos una experiencia variada, lo que podemos hacer es diversificarla por campos de profesionalización, poniendo en primer lugar aquel que queremos resaltar, sin prescindir así de otras experiencias.
¿Cómo ordenar el contenido?
Además de tener la posibilidad de diversificar la información por temática, existen una serie de apartados que debemos incluir, de una manera socialmente consensuada.
Lo primero que deberá aparecer es nuestro nombre y apellidos, seguido de los datos de contacto: por ejemplo, el número de teléfono o nuestro correo electrónico. No siempre es necesario, pero también podemos incluir nuestra dirección, por ejemplo, si es relevante para el trabajo a desenvolver.
A continuación, especificaremos la experiencia laboral en orden cronológico, de más a menos reciente.
Es habitual que después de nuestra experiencia, indiquemos los estudios académicos de los que disponemos. Finalmente, siempre es importante mostrar qué otro tipo de competencias posemos: desde las lingüísticas, hasta las informáticas, pasando por las licencias de conducción, etc.
En el caso de haber adquirido diplomas específicos, es importante incluirlos, ya que darán prueba de nuestros conocimientos. En el mundo emprendedor actual, suele fomentarse también la originalidad y es frecuente aportar datos más desenfadados sobre las actitudes de la persona. Se trata de datos no tan relacionado con las aptitudes o competencias, sino con el carácter y modo de ser.
Y ¿Qué pasa con la forma?
Tan importante como el contenido es la forma. De hecho, antes que nuestra experiencia y diplomas, lo primero que percibimos es la imagen que nos trasmite el curriculum. Aunque se trata de un aspecto no carente de subjetividad, lo cierto es que tener un curriculum creativo y estéticamente bonito es un punto a nuestro favor, que incitará a que lo lean. Podemos jugar con los colores, con la distribución del contenido de manera original o con la orientación del documento.
Todo en vistas a ser original e ir acorde con el tipo de trabajo que buscamos. Todos estos aspectos van a hacer que nuestro currículum sea más o menos serio, cercano, llamativo, etc.
1 comentario
Hola, ¡me ha parecido un artículo muy completo e interesante! YEs necesario destacar la información que es relevante en un CV y sobretodo que de un vistazo el reclutador pueda hacerse una idea de cómo es el perfil del candiadato. He leído este artículo y me ha parecido interesnate:
https://cvtrends.com/repasa-las-palabras-clave-de-tu-cv-y-aportale-valor-anadido.html
¡Enhorabuena por el artículo de nuevo! Un saludo